La construcción de esta carretera dio inicio en 1899 con el gobierno del General Terencio Sierra, sin embargo, los trabajos se mantenían paralizados, debido la falta de prepuesto gubernamental destinado a la infraestructura vial, fue hasta 1912 durante el gobierno del Gral. Manuel Bonilla que se reanudo, llevado este tramo carretero hasta Santa Cruz y, en su segundo periodo de gobierno, el General Bonilla, reanuda los trabajos en la carretera al Norte con destino a Comayagua durante este tiempo se logró reparar y terminar de construir la carretera, todo esto con el fin de mejorar la economía y la exportación del país.
Pero la apertura de esta carretera se logró hasta el año 1913 en el gobierno del Dr. Francisco Bertrand, del tramo que conecta a Tegucigalpa con Comayagua. Durante el tercer periodo presidencial de Bertrand de 1916 a 1919 se continua con la construcción de la carretera al norte extendiendo el tramo carretero de Comayagua a Siguatepeque y de ahí hasta Taulabé, en 1915 llego desde Tegucigalpa a Comayagua y en 1919 se realiza el primer viaje en automóvil de Potrerios hasta Tegucigalpa. Se estipula el salario de los empleados de 1.50 Lempiras por jornada laboral en el gobierno de Tiburcio Carias Andino.
Fotografía que ilustra el camino que tenían que sortear los chóferes y viajeros que atravesaban la carretera del norte, bordeada de tupidos bosques repletos de gigantescos arboles de pino, cedro, caoba, que obstaculizaban el trayecto de los vehículos pero que sin duda convertían la travesía en toda una Aventura. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
Tarjeta postal de los años 40, que muestra una sección de la Carretera del Norte, entre Tegucigalpa y Comayagua. Esta carretera vinculo por vía terrestre a la capital con el litoral atlántico. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
Ilustración que muestra al viajero F. K. Komor, posando en su vehículo en la Carretera del Norte durante la expedición científica llevada a cabo en 1930 por varios departamentos de Honduras. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
San Pedro Sula, 1930. En la costa norte, la construcción de carreteras tenía que salvar y franquear los abundantes ríos y Corrientes que atraviesan el litoral. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
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