Durante el siglo XX Honduras tuvo una época de Transición, el desarrollo de agro industria, la explotación minera, dictadura de Carías, entre otros. Esto generó, evolución histórica de las vías de comunicación terrestre en Honduras durante la primera mitad del siglo XX, enfocado en las carreteras, hubo un crecimiento económico en todos los sentidos, provocando la necesidad de tener mejores vías de comunicación.
En el marco de la Reforma Liberal, Marco Aurelio Soto (1876 a 1883). Emprendió unos de los proyectos más importantes del país, la construcción de la primera carretera en Honduras que conectaba la Capital con el puerto de Amapala, por su importancia comercial, para facilitar lo que sería la exportación de minerales desde la zona central y la importación de artículos y equipo a través del puerto más cercano.
En su último año de gobierno el General Terencio Sierra continúo con las obras de construcción de la carretera del sur, llevada la importante arteria vial hasta el lugar denominado La Chorrera (Lara, 1992). Es durante este período de gobierno que comprende desde 1889 hasta 1903 la construcción de este tramo carretero se retoma desde su inicio en el período de gobierno de Marco Aurelio Soto que va desde 1877 a 1883. En su primer año de gobierno el General Manuel Bonilla llevó la Carretera del Sur hasta La Venta…el siguiente año de La Venta a San Lorenzo. Siendo la carretera al sur la primera construida en el país, “las pocas carreteras y caminos que existían, apenas intentaban unir la Capital con otros lugares centrales (Barahona, 2009)”.
“En las primeras décadas del siglo XX todos los caminos conducían a Tegucigalpa excepto los de la costa norte que conducían a Estados Unidos por el mar Caribe (Barahona, 2009)”. La necesidad de comunicarse y transportarse a diferentes puntos del territorio hondureño, principalmente a la capital; ya que este es el punto central de conexión más factible y viable para comercializar y poder llegar a distintos lugares del país, como Danlí que en ese momento era el poblado más cercano y Juticalpa que concentraba la economía ganadera. En ese momento Honduras no contaba con automóviles, pero eso no impedía la construcción de estrechas carreteras que eran transitadas por mulas, lo viajes eran cansados, ya que duraban varios días y noches. El camino que conectaba a la costa norte con Estados Unidos era para la agro-exportación y de igual forma era transitado por personas que buscaban migrar a los Estados Unidos para obtener mejores condiciones de vida.
El presidente Francisco Bertrand para 1912 el vicepresidente de la República, llega a la Presidencia en 1916; ya que el General Manuel Bonilla cae gravemente enfermo. El presupuesto general de ingresos y egresos para el año de 1916-1917 fue de 5, 476,400 pesos… cantidad que no era suficiente para cubrir las necesidades del país (Lara, 1992). Este gobierno dejó la carretera del norte hasta inmediaciones de Tamara luego dicha carretera llego hasta Comayagua, pese a que el presupuesto que existía en ese momento no era suficiente a pesar de ello el gobierno del doctor Bertrand continuo activamente los trabajos de construcción de la carretera al norte que fue encomendada a la empresa Agurcia- Prats (Lara, 1992). Cabe recordar que para 1916 no se contaba con el suficiente equipamiento para la construcción de una carretera, posteriormente fue el presidente Alberto Membreño quien continuo con los trabajos de construcción hasta Comayagua.
Mapa del Sistema vial hondureño trazado por el viajero alemán F. K. Komor en 1930, donde se aprecia que el sistema carretero del país se desarrolló en torno al denominado “corredor central”, conectando a Tegucigalpa con el sur y el Valle de Sula, dejando al margen vastas regiones del país como Olancho y La Mosquitia. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
Punto de taxis del Parque Central, en 1932. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
Fotografía de la cuesta de La Leona, en la parte alta de Tegucigalpa, años 20 del siglo pasado. La llegada del automóvil a Tegucigalpa tuvo que sortear esta accidentada geografía para desarrollar una infraestructura adecuada para el ejercicio del automovilismo. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
Tarjeta postal que muestra el “Punto de taxis La Cubana”, a inmediaciones del mercado e iglesia de Los Dolores, en el barrio debajo de Tegucigalpa. (Archivo del Dr. Jorge Alberto Amaya)
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